Con una carta dirigida a los hinchas, los hermanos Angel y Oscar Romero cerraron su ciclo en San Lorenzo. Mal acostumbrados a la mediocridad de los últimos años, en el CASLA nunca pudieron aprovechar el potencial de los mellizos ni supieron como rodearlos. Ni los dirigentes con pésimos libros de pases y con entrenadores que los ningunearon poniéndolos por debajo de jugadores que nunca demostraron ser mejores que ellos. El paso de los paraguayos, por los desmanejos dirigenciales, ya es parte del recuerdo.
Aquí el mensaje de despedida de Angel y Oscar Romero:
