DOS EPOCAS, DOS ESTADIOS



 
EL GASOMETRO (Una historia del blanco y negro al color)
 
Cuando San Lorenzo ganó el ascenso de 1914 se planteó la necesidad de tener una estadio propio, para que el club tuviera un arraigo más profundo en el barrio que lo vio nacer y crecer en sus primeros años. Como no podía ser de otra manera, el primero en hacerse eco de esa necesidad fue el padre Lorenzo Massa. El primer predio que el club tanteo la posibilidad de adquirir fue un terreno en José María Moreno y Juan Bautista Alberdi pero, finalmente, fue desechado. Más adelante se llevaron a cabo gestiones por otros predios con el mismo resultado. Hasta que gracias a las influencias del cura se consiguió un solar en arrendamiento de avenida La Plata al 1700, que era propiedad del Colegio María Auxiliadora y de la familia Onetto.
 

Vista parcial del estadio en su inauguracón.

El predio no estaba apto para jugar al fútbol, pero era lo suficientemente grande como para instalar una cancha, previo alisado del terreno y de la concreción de otros trabajos. El desarrollo de las actividades se pudo realizar gracias al aporte desinteresado de Antonio Mulet y de un grupo de hinchas que hicieron los suyos. Con el dinero recibido y la voluntad de todos, día a día el estadio iba tomando forma. Y en la tarde del 7 de mayo de 1916 se concretó la inauguración de las instalaciones que era el orgullo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro que sin ayuda oficial de ningún tipo tenía su propia cancha.
 

Otra imagen de las tribunas del incipiente estadio.

En 1927 venció el contrato de alquiler y la intención de la directiva era la de adquirir esos terrenos, ya que los dueños de los 7.760 metros cuadrados que San Lorenzo ocupaba no querían renovarlo. Entonces, luego de intensas gestiones el 25 de agosto de 1927 se firmó el boleto de compraventa a un valor de 186.256 pesos. Por lo tanto, como la tesorería del club tenía 106.000 pesos se resolvió emitir un empréstito de 250.000 pesos puesto que además se tenía previsto mejorar las instalaciones y agrandar la capacidad de las tribunas.
  

Así lucían las tribunas en una jornada dominguera de 1927.

De esa forma, con el correr de los años las instalaciones del Gasómetro fueron remodeladas y ampliadas. Por ejemplo, fue el primer estadio en la Argentina con luz artificial. En él la selección jugó varios partidos. Pascual Pérez defendió su título mundial y durante muchos años se organizaron los mejores bailes de carnaval de la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, fueron los propios jugadores del club los que partido a partido le fueron dando un brillo sin igual a aquel entrañable estadio, que alguna vez fue bautizado como el Wembley porteño. 
 

LAS FOTOS INEDITAS DEL GASOMETRO


Vista del estadio en su primera etapa de construcción, en 1922.
Tribuna oficial, con estilo inglés.
Los primeros servicios sanitarios.
Tribuna construida en 1922 para 2 mil personas.
Boleterías refaccionadas, en 1924.
El Gasómetro fue la primera cancha con luz artificial.
Vista de la cancha desde la pista de hokey,  en 1930.
Antesala de los vestuarios y la escalera del túnel.
Edificio de la intendencia, debajo de la cabecera local.
Imagen de las Plateas Bodas de Oro.
Tribuna local vista desde la vereda de enfrente.
Entrada principal del estadio.

El Gasómetro en su última época con una gran concurrencia.

Marchetti, Mario Rizzi e Insua antes del último partido.
Reunión en la que se determinó el cierre del estadio.
Triste recuerdo: el cartel que anuncia el remate del predio.
Momentos en que se desmantelaban las tribunas.

NUEVO GASOMETRO (o el regreso a la casa propia)
 

Primera etapa del Nuevo Gasómetro, la Platea Norte.

San Lorenzo estaba sumido en una de las crisis económicas más serias de su historia y en ese marco de situación Fernando Miele ganó las elecciones de 1986. Su primera misión fue sanear las finanzas de la institución afrontando un pasivo real de 2.875.000 dólares, una vez que el club levantó una serie de pedidos de quiebra parecía que el panorama comenzaba a cambiar y la construcción de un nuevo estadio ya no parecía una utopía. De esa manera, en marzo de 1989, el club firmó el acta de iniciación de obras para levantar la Platea Norte de lo que iba a ser, y hoy es, el Nuevo Gasómetro. Siete meses después la estructura estaba lista, como puntapié inicial de la concreción del estadio propio.
 
Hacia fines de 1990 arrancó la etapa de construcción de las dos tribunas cabeceras, dando comienzo a la segunda etapa de la obra del futuro estadio. El 1º de mayo de 1993 se llevó a cabo la preinauguración del mismo, en una muy emotiva y multitudinaria convocatoria de la que tomaron parte una gran cantidad de sanlorencistas, famosos y anínimos. Pero todos hinchas del Ciclón.
 
De ahí en adelante el ritmo de trabajo para completar las obras, se fue incrementando hasta llegar al 16 de diciembre, fecha que quedó grabada en la memoria y en la historia del club, como el día que San Lorenzo inauguró su segundo estadio con una capacidad de 42.000 espectadores, llamado oficialmente Pedro Bidegain. De esta forma, terminó el sufrimiento de los hinchas del Ciclón que ya no tuvieron que vagar de cancha en cancha para hacer las veces de local como les sucedió en los catorce años anteriores, desde que el viejo Gasómetro cerró sus puertas definitivamente antes de su desaparición física.
 
Posteriormente, el estadio fue remodelado con el techado de la Platea Norte y de la construcción de los codos que unen las populares con la Platea Sur. Además, de la realización de la concentración para el plantel profesional ubicada debajo de la Popular local. De esta manera, San Lorenzo volvió a tener su casa propia la que es testigo de los festejos de los títulos locales e internacionales del club en la era moderna.


Distintas etapas en la costrucción del Nuevo Gasómetro.

Tres imágenes del estadio del Bajo Flores.
Platea Sur remodelada.