lunes, marzo 18, 2019

San Lorenzo recuperó los signos vitales pero continúa en observación

Con el oxígeno que le aportaron los triunfos contra Junior y Rosario Central, San Lorenzo comenzó a recuperar los signos vitales. Pero todavía continúa en proceso de recuperación, ya que desde el punto de vista futbolístico sigue padeciendo los mismos síntomas que arrastra desde principio de campeonato. Y que a partir de la llegada de Jorge Almirón no consiguió mejorar.

El diagnóstico del Ciclón tiene varias aristas para comprender las razones por las cuales continúa en la última posición de la tabla. Si bien con la pelota en los pies los azulgrana promedian un 54% de posesión de la pelota (siendo superado por River, Racing, Vélez, Defensa y Justicia e Independiente), su correlación en remates al arco sigue sin reflejarlo.

Los cuervos, sorprendentemente, marchan primeros en efectividad de pases con un 75% de entregas concretadas a un compañero. Pero para darles un contexto a esas estadísticas vale aclarar que de 237 intentos, solamente, remataron al arco 87 veces (a razón de 4 por partido) y que solo 19 terminaron en gol. Lo que marca una tasa de eficacia de tan solo del 8%.

Para seguir comprendiendo las estadísticas, también, hay que tener en cuenta que el mayor pasador de pelotas que tiene San Lorenzo es Marcos Senesi. Sí, un defensor. Quien, saliendo desde el fondo, parece ser el que mejor entiende el juego de Almirón. Seguido por Román Martínez, Raúl Loaiza (dos de los refuerzos) y Fabricio Coloccini, el otro zaguero centro.

En la vereda de enfrente, con menos efectividad en los pases dentro de la zona de gestación, están Fernando Belluschi y Rubén Botta, los dos armadores de juego que más minutos llevan jugados. Eso explica lo que a San Lorenzo le cuesta llegar a posiciones de gol.

La fase ofensiva, tanto en el armado de juego como en la definición de las jugadas, es el aspecto fundamental de su idea de juego en la que el DT, junto a los jugadores, debe encontrar el remedio adecuado para curar a San Lorenzo.