En estos dos años San Lorenzo recuperó en básquetbol parte de ciclos de oro los '50 y '60, cosechando títulos con un equipo de estrellas, llenando estadios y llevando alegría al barrio de Boedo; sin olvidar el impacto mediático cuando viajó a los Estados Unidos para enfrentar a Toronto Raptors, siendo el primer elenco argentino en enfrentar a una franquicia NBA.
El proyecto cumplió parte de lo planeado, con la obtención de las dos ligas nacionales y el Súper 4, queriendo traer a la memoria los mejores recuerdos de Edgar Parizzia, Carlos Vassino, Casimiro González Trilla. Aquel equipazo que se ganó el apelativo de La Catedral del Basquet.
La reseña histórica muestra al club volviendo a ocupar los primeros planos del baloncesto argentino. Sin olvidar, entre otros grandes, a Erio Cassettai, Dante Massolini, Carlos Perales, Carlos Perroni u Oscar Visciglia. Integrantes de equipos históricos y gloriosos del CASLA.
Ese es el camino que San Lorenzo volvió a recorrer. Por eso que lejos está el basquetbol de tratarse de una moda, de algo pasajero. Muy por el contrario. La historia nos demuestra que el club siempre estuvo a la vanguardia de esta disciplina deportiva que, además, en estos tiempos, motoriza la Vuelta a Boedo como ningún otro deporte, a la espera de la construcción del estadio Papa Francisco.
