martes, junio 20, 2017

Ortigoza tuvo una despedida a lo grande

Por culpa de ese maldito penal errado en el minuto final, con el partido ya definido, la despedida de Néstor Ortigoza del Nuevo Gasómetro no pudo ser perfecta. Sin embargo, ese detalle no empañó en nada su muy buena actuación. La última que brindó ante sus feligreses luciendo la casaca azulgrana, con la que supo identificarse y con la cual se ganó la admiración del pueblo sanlorencista, que siempre le estará agradecido por las alegrías que le hizo vivir.

Como van a olvidar en Boedo el penal convertido en la Promoción ante Instituto para que San Lorenzo eludiera el descenso. O aquel otro en la final de la Copa Libertadores para conquistar América por primera vez en su historia. Imposible. Esos y otros recuerdos serán contados de generación en generación hasta convertir el relato en leyenda.

Por eso, cuando Fernando Espinoza dio por finalizado el partido ante Banfield, los aplausos resonaron desde los cuatro costados del estadio. “No se va, el Gordo no se va...”, entonaron sus admiradores a modo de adiós (o tal vez intentando torcer su decisión de irse) y el ídolo contemporáneo de los cuervos, con lágrimas en los ojos y su hijo en brazos, agradeció haciéndoles una reverencia a aquellos hinchas que también en el minuto veinte (en alusión a su dorsal) le dedicaron el primer agradecimiento del partido, batiendo palmas y coreando su nombre.

Inexorablemente el 30 de junio llegará y el contrato de Néstor Ortigoza llegará a su vencimiento. Al día siguiente, Jony tomará un rumbo nuevo que lo alejará de San Lorenzo. “Fue muy difícil tomar la decisión pero ya está. No hay vuelta atrás”, dijo a modo de despedida.

“Estos siete años pasaron muy rápido y me voy contento por todos los logros. Agradezco a Marcelo Tinelli y a Matías Lammens, por los momentos que pasamos”, añadió el volante. “Ayer en la concentración hice el duelo y después hoy disfruté en la cancha. El último partido será ante Talleres. Creo que me iré por la puerta grande. Hasta acá llegué”, concluyó.