Los hechos de inseguridad que sufren los hinchas de San Lorenzo en las cercanías del Nuevo Gasómetro, cada vez que su equipo juega de local, antes de entrar y a la salida del mismo, ya se tornaron en recurrentes y son causa de una gran preocupación entre los cuervos que en cualquier momento saben que pueden ser objeto de robos en una zona (la avenida Perito Moreno, entre Varela y Fernández de la Cruz) que, más en horario nocturno, parecería estar liberada o la cual no logra ser controlada por los efectivos que deberían garantizar su seguridad.
La cuestión es que los robos a mano armada en las inmediaciones del estadio partido a partido se dan en mayor número y con un grado superior de violencia. Como ejemplo, vale informar que luego del empate entre San Lorenzo y Chapecoense fue baleado un automóvil en las cercanías del estadio, en el que viajaban simpatizantes azulgranas que salían del estadio, que de casualidad no resultaron heridos de gravedad.
Otra clase de delito que se comete durante los partidos, es el constante robo de neumáticos a los autos estacionados sobre la vereda contraria a la villa 1-11-14 y además la rotura de vidrios. Si bien los delincuentes actúan al amparo de la oscuridad de la noche, ya que sobre la avenida mencionada la iluminación pública casi no existe, también se dan en horario vespertino.
Mientras esperan una solución, este calvario que viven los cuervos cuando concurren a su cancha, sumado a la falta de identidad con el barrio en el que está enclavado el estadio Pedro Bidegain, es otro de los motivos principales por los cuales todos los días necesitan hacer realidad cuanto antes la Vuelta a Boedo.
