La idea de Matías Lammens y compañía es la de recurrir al lado sentimental del Cabezón, quien dejó en el CASLA una buena imagen tras su breve paso de seis meses en 2008, para que al menos acepte volver a ponerse la casaca azulgrana por seis meses para que juegue la Copa Libertadores.
Claro que para que eso suceda, además de la voluntad del jugador, hace falta que el Internacional de Porto Alegre dé el visto bueno. Los rezos al papa Francisco ya empezaron, solo falta que promueva el milagro.
Por el lado del Bombero Díaz, que ya tiene acordado de palabra su contrato con San Lorenzo, hoy hubo reuniones entre su representante y directivos del Cacique, y la mayor posibilidad de que se haga la transferencia es a préstamo por un año con opción de compra en favor de San Lorenzo.