El último partido que el Pipi pisó una cancha fue por la 17ª. fecha ante Arsenal, encuentro que los azulgrana ganaron 3 a 0. De ahí en adelante, el rendimiento de San Lorenzo fue decreciendo en lo futbolístico partido a partido y traducido en números desde su ausencia el equipo del Patón Bauza, en el torneo de Primera, ganó cinco partidos, empató cuatro y perdió dos. Es decir que alcanzó una eficacia del 57,57%.
Mientras que antes de que el Diez dejara su puesto vacante forzosamente, a causa de la quinta lesión en sus rodillas, San Lorenzo había acumulado once victorias, tres empates y tres derrotas. O sea que trepó a un envidiable 70,58% de rendimiento.
Es decir que no solo en la óptica de los hinchas y en la estética del juego sino que también en las estadísticas queda reflejada la trascendencia que el capitán tiene en el funcionamiento del equipo.
Así las cosas, la vuelta del Pipi se dará justo cuando San Lorenzo necesita sumar los seis puntos que restan jugarse por el campeonato para tratar de asegurarse la clasificación a la Copa Libertadores de América del año que viene eludiendo la Liguilla. Claro que para eso, además, precisará que Rosario Central no gané más de cuatro unidades.
Como ídolo que es, Leandro Romagnoli está dispuesto, nuevamente, a sus 34 años a volver a ponerse la camiseta azulgrana y salir a defender su prestigio y el de San Lorenzo. Todo Boedo lo espera.