jueves, agosto 14, 2014

Lammens y San Lorenzo, en la cima de América

Si bien los partidos se ganan adentro de la cancha, siempre se dice que para ganar la Copa Libertadores de América se hace falta tener detrás del equipo un club ordenado en la faz institucional y equilibrado en lo económico. Justamente, ese es el caso de este San Lorenzo que en poco tiempo revirtió completamente su situación. “Para los sanlorencistas ganar la Copa Libertadores siempre fue un sueño, pero hacerlo realidad a dos años de asumir la conducción del club, era algo impensado. Estar en la cima de América no lo imaginábamos tan pronto”, admitió con sinceridad Matías Lammens que con tan solo 34 años de edad pasó a ser el presidente más exitoso del club de Boedo.

Haciendo memoria hace poco más de dos años el Ciclón estaba saliendo de una situación terminal como fue haber ganado la promoción para evitar el segundo descenso en su historia y con un déficit que asustaba. Pero una vez consumada esa meta, en el CASLA se vivió una revolución interna que terminó con la comisión directiva a la que aún le quedaba medio mandato por delante y con la asunción transitoria de Matías Lammens como presidente y de Marcelo Tinelli como vice, fórmula que posteriormente fue corroborada en las urnas por la masa societaria en una elección con un resultado a favor abrumador de un 88,5% de los votos.

De ahí en adelante, día a día San Lorenzo empezó a revivir gracias a la conducción coherente e inteligente de la nueva dirigencia que resolvió aceptar la responsabilidad de hacerse cargo de fundar las bases y los puntos de partida para la refundación de una institución que se desangraba casi sin remedio. Pero con Lammens a la cabeza, bien sustentado por Tinelli y el resto de una comisión directiva en la que después de muchísimo tiempo no se habla de oposiciones sino de minorías, el Ciclón encontró una senda renovada para transitar en busca de la transformación.

En lo futbolístico diagramaron un proyecto que en este tiempo llevó a San Lorenzo de salvar la categoría a ser campeón del torneo Inicial 2013 y ahora a tocar el cielo con las manos al conquistar la Copa Libertadores, un viejo anhelo de sus hinchas desde 1960 en aquella fallida intervención en la primera edición de dicho certamen cuando los dirigentes de entonces equivocadamente vendieron la neutralidad en el tercer partido de la semifinal y fue como que ese desprecio lo tuvo que pagar como una maldición hasta esta oportunidad, durante 54 años.

Además, como otros logros la gestión de Lammens-Tinelli supo capitalizar el plantel con jugadores de condiciones y con poder de reventa, dándole lugar también a los jóvenes surgidos del club; consiguió reducir el pasivo en 65 millones de pesos, superó la línea de los 60 mil socios, eliminó el tan corrosivo déficit operativo haciendo un club superavitario y fundamentalmente le dio el impulso decisivo a la Vuelta a Boedo.

Por todo esto, no debe sorprender que con la actual conducción San Lorenzo le haya puesto punto final a la vieja obsesión de ganar la Copa Libertadores.