San Lorenzo se debía a si mismo una victoria en su cancha y ante su público como la que armó contra Gimnasia. El equipo de Juan Antonio Pizzi mostró un rendimiento ascendente hasta llegar a protagonizar el mejor partido del campeonato y mereciendo desde todo punto de vista el triunfo. Además, con esos tres puntos se subió a la cima de la tabla, a la espera del resultado del partido de mañana entre Newell’s y Argentinos Juniors. Mientras tanto, los santos gozan del privilegio de mirar desde arriba al resto de los equipos.
En el primer tiempo San Lorenzo demostró respecto a su rival una supremacía en todos los aspectos del juego, ya sea en actitud, posesión de la pelota y generación de jugadas de gol.
En la mitad de la cancha el Pichi Mercier y Ortigoza presionaban y recuperaban la pelota con rapidez para que de ahí en adelante el Pipi Romagnoli, Nacho Piatti y Correa generaran fútbol a espaldas de los volantes visitantes que nunca encontraron la manera de cortar el circuito futbolístico de San Lorenzo que además lució precisión en los pases y siempre la mejor elección para ubicar al jugador mejor posicionado o sin marca.
Esa superioridad comenzó a plasmarse en el resultado a los trece minutos cuando Verón le pasó por arriba en velocidad a la zaga central del Lobo, metió pase al medio ante la salida de Monetti y Piatti tocó al gol. Igualmente, el 1 a 0 del primer tiempo fue corto en relación a lo se vio.
En el arranque del segundo San Lorenzo amplió la ventaja mediante una jugada personal de Pablo Alvarado que entró gambeteando al área y definió con un fuerte remate al segundo palo.
San Lorenzo siguió dominando y llegando hasta el arco de Gimnasia, que no lograba reaccionar. El Lobo no encontraba la forma de alejar al Ciclón de su arco, porque siempre había un jugador con camiseta azulgrana libre para recibir y para continuar las jugadas. Siempre con la pelota al piso, cambiando de frente o con pases verticales que le dolían a la defensa platense.
Y para liquidar el partido Nacho Piatti anotó el tercero elevando la pelota por arriba del cuerpo del arquero, tras recibir un pase con caño incluido de Correa, quien de a ratos volvió a su nivel.
San Lorenzo siguió floreándose hasta el pitazo final y nunca bajó la intensidad ni decreció en volumen de juego. Pero el desafío para los de Boedo de ahora en más será mantener el mismo nivel de juego y ahí se verá si el equipo santo está para lustrar la chapa de candidato.
