martes, agosto 27, 2013

San Lorenzo está ante la necesidad de recuperarse

San Lorenzo está inmerso en un proceso inverso al imaginado por sus hinchas, de acuerdo a las ilusiones que se habían creado conjugando el buen final que tuvo el equipo en el último torneo con la llegada de las incorporaciones de jerarquía pedidas. Encima, para reforzar el entusiasmo y subir la cotización de las expectativas en Boedo, el equipo había tenido un arranque rutilante y demoledor ganando tres partidos en línea entre el campeonato (Olimpo y Racing) y Copa Argentina (Gimnasia de Entre Ríos). Pero de repente, o mejor dicho desde que Caruso Lombardi desnudó sus falencias, el Ciclón cambió buenas por malas, seguridad por dudas y ahora Juan Antonio Pizzi tendrá que hallar la fórmula adecuada para salir del espiral de derrotas en el que está metido.

Tres caídas consecutivas entre el torneo Inicial (Argentinos y Quilmes) y la Copa Sudamericana (River Plate) son muchas para lo que los sanlorencistas esperaban. A la maquinita sumapuntos de Pizzi, se le terminó el combustible y, tal vez, eso no sea del todo ilógico porque todo aquel proceso de resultados positivos que no se sustente en la buena producción de un equipo tarde o temprano queda vacío, se termina y cuando la dictadura de las estadísticas se invierte y ese equipo no cuenta con la prestación futbolística suficiente para revertirla, se le complica. Y San Lorenzo parece estar justo en ese punto.

Y a San Lorenzo se le complica superar la actual situación, precisamente, porque su equipo carece del caudal de juego necesario para hacerlo. Si bien, el estilo del Ciclón es el de un equipo ofensivo; táctica y técnicamente no está funcionando de acuerdo a las posibilidades que tiene su plantel pensando en su composición cualitativa y cuantitativa. Y la deuda radica, puntualmente, en que el equipo no muestra un funcionamiento táctico que debiera ser aportado por el entrenador y porque las individualidades tampoco aparecen en la medida de lo esperado, salvo algunos flashes de Correa o Verón, dado que los jugadores que debieran hacer la diferencia parecen estar ausentes.

Por todo eso San Lorenzo necesita revertir su imagen, corregir los errores que comete en defensa y en ataque y así volver a la senda del triunfo, ya que ese es el antídoto más poderoso para recuperar la confianza que atraiga buenos resultados o al menos para disimular de la mejor manera posible las carencias, mientras se trabaja para superarlas. Y ese paso el CASLA debe darlo antes de que empiece a generalizarse el incómodo clima de adversidad que suele producirse en las malas en todos los clubes, en medio del cual los responsables de tomar decisiones se ven obligados a ponerse manos a la obra: el técnico borrando jugadores y si eso no resulta, los dirigentes borrando al entrenador.

Pero sin dramatizar, San Lorenzo tiene tiempo aún para evitar caer presa de ese desconcierto que tanto mal le causó en épocas no muy lejanas, ya que si Pizzi y sus jugadores consiguen encausar las cosas para bien el Ciclón todavía puede reposicionarse en el torneo local, revertir la serie contra River por la Copa Sudamericana y arribar a la final de la Copa Argentina. Pero deberán hacerlo antes de que sea demasiado tarde.