El golazo de Angel Correa. |
San Lorenzo jugó un partido para el olvido, o mejor dicho para no olvidar. Porque varios integrantes del equipo sufrieron un bajón muy pronunciado, se notó mucho que el equipo no le encontró nunca la mano a un rival que en circunstancias normales está por debajo de cualquiera de los otros equipos del campeonato. Pero al Ciclón le costó tanto sumar un punto que solamente debió conformarse con un pálido 1 a 1 como para que la vergüenza de perder quede apenas disimulada.
El empate le sirvió a San Lorenzo para clasificar a la próxima Copa Sudamericana, pero el soberano no lo festejó. Es más el equipo se fue silbado de la cancha porque el pueblo sanlorencista quería otra cosa, quería sacarse de encima esa espina clavada que lleva en el alma desde hace casi treinta y dos años por la desgracia deportiva que le tocó vivir.
Pero eso a los jugadores pareció no importarles demasiado como sí ir a saludar efusivamente a Caruso Lombardi y a los integrantes de su cuerpo técnico, antes del partido y a la vista de todos. Por lo pronto la dirigencia (cuentan que Matías Lammens y Marcelo Tinelli bajaron en el entretiempo al vestuario para despertar a los jugadores dormidos) quedó muy molesta con la actuación del equipo y en el transcurso de la semana podría haber novedades con la continuidad de algunos jugadores a futuro.
San Lorenzo dejó pasar así una posibilidad importante de poner las cosas en su lugar y de saldar la deuda que la historia tiene con él.