Entre los varios nombres propios relevantes de la selección panamericana ganadora del oro, el del cordobés Adolfo Gaich es el de mayor lucimiento. El delantero cordobés de Bengolea es de los grandotes que hace del área su ámbito fecundo. Pero en su caso, la corpulencia viene acompañada de movimientos que sin ser un dechado de sutilezas tampoco merecen constar en el casillero de la tosquedad.
"Arranca la semana y ahora me toca demostrar en San Lorenzo, en cada entrenamiento, con el objetivo de intentar ser titular", afirmó el goleador que hoy volvió al día a día del Ciclón, donde peleará el puesto con Adam Bareiro, Alexander Díaz y Nicolás Blandi.
No será casual, pues, que sus fuentes de emulación sean dos espigados de técnica depurada: el sueco Zlatan Ibrahimovic y el alemán Robert Lewandowski. En el Panamericano que concluyó con medalla dorada y que lo tuvo como goleador absoluto se mostró evolucionado en unos cuantos indicadores, sobremanera en la gestión del pivot en la zona de los centrales rivales y como eventual colaborador del juego por las bandas.
En términos de números lo suyo ofrece toda la cara de un presente fantástico y de un futuro poblado de buenas promesas: 3 goles en 13 partidos en San Lorenzo y 15 en 22 con los representativos nacionales juveniles.
Lazio de Italia, Everton de Inglaterra y Benfica de Portugal son algunos de los clubes europeos que han puesto los ojos en Gaich, aunque a la hora de ser escritas estas líneas el destino del orgullo de Bengolea se avizora en Rotterdam, Holanda, donde lo esperaría el prestigioso Feyenoord.
Hincha de San Lorenzo, apasionado del juego en general y persistente en afinar sus virtudes, dueño de una aureola de buen compañero, Adolfo Gaich se propone llegar tan lejos como pueda.
