Sin embargo, con la derrota de Talleres frente a Unión, equipo conducido por el cuervo Leonardo Madelón, al día siguiente en Boedo el panorama cambió abruptamente. Porque ese punto que el Ciclón rescató con sufrimiento de su visita a Paraná, denostado por los cuestionadores del DT y valorado por el Pampa, tomó verdadera dimensión.
Es decir que gracias a ese empate, en definitiva, la concreción de su tan ansiada vuelta a la Libertadores de América, al Ciclón le quedó servida en bandeja. ¿Qué tiene que suceder, entonces, para que San Lorenzo consiga volver al principal plano continental sin depender de terceros resultados? Simple. Sumar tres de los seis puntos que le quedan por disputar.
Es decir que si el Ciclón le gana el viernes, de local, a Belgrano o en la última fecha a River, en el Monumental, se habrá asegurado quedar entre los cinco primeros en la tabla de posiciones de la Superliga y con el pasaporte en la mano listo para ser sellado.
Pero ojo que de acuerdo al reglamento vigente, los cuatro primeros de la tabla de posiciones del campeonato de Primera ingresarán, directamente, a la fase de grupos; en tanto que el quinto, lo hará a partir de las rondas preliminares. De ahí que si el CASLA desea evitar ese paso previo, deberá terminar la Superliga lo más arriba posible.
No obstante, si San Lorenzo suma de a tres contra el Pirata eso le permitirá viajar más tranquilo a Belo Horizonte, con la finalidad de definir el martes de la semana próxima con Atlético Mineiro el pase a la segunda instancia de la Copa Sudamericana. Vale recordar que la ida la ganaron los santos por la mínima con gol de Gabriel Gudiño. Así las cosas, en San Lorenzo todo está en sus manos.
