San Lorenzo no tuvo claridad ni audacia para doblegar a Patronato y lo que es peor, terminó pidiendo la hora. Si bien el Ciclón sigue integrando el lote de los cinco clasificados a la próxima Copa Libertadores, el único objetivo que le queda por cumplir en la Superliga, puede decirse que dejó pasar una chance importante de sumar de a tres. Porque al no ganar permitió que los otros equipos que están en la misma lucha le descontaran y, además, tener que sumar los seis puntos restantes (contra Belgrano y River) para no depender de otros resultados.
El primer tiempo fue tan parejo como aburrido. San Lorenzo solamente inquietó con un par de remates desde afuera del área de Barrios y Piris Da Motta, bien resueltos por Bértoli. Mientras que Patronato dentro de su medianía no puso en apuros nunca a Navarro.
A los dos equipos les faltaron ideas. El Patrón se quedó muy rápido sin Matías Garrido, acaso su jugador más fino, por lo cual la cuota de fútbol que podía aportarle, brilló por su ausencia. A su vez, San Lorenzo no pudo superar en su rendimiento, tanto colectivo como individual, la mediocridad que lo caracteriza desde que el Pampa Biaggio está al frente del equipo.
San Lorenzo mostró solamente algunos chispazos del Perrito Barrios pero al no tener compañía, se fue diluyendo. Todo muy pobre en la primera mitad jugada en la calurosa y húmeda tarde paranaense.
El complemento arrancó de la misma manera. Con San Lorenzo teniendo un poco más la pelota aunque llegando peligrosamente en un revuelo adentro del área que terminó con Renzo Vera salvando sobre la línea y con la pelota en las manos del interminable Bértoli. Los minutos siguientes fueron de muy escaso vuelo futbolístico de ambos lados.
Recién sobre el final (incluso en tiempo adicionado) aparecieron las emociones y las tres estuvieron en el arco de Nicolás Navarro. En la primera, el arquero santo contuvo un cabezazo recto de Matías Quiroga y en las otras dos, Sebastián Ribas, el goleador del campeonato, falló increíblemente en la definición para mantener inamovible el empate.
Así, San Lorenzo llega a las dos últimas fechas del torneo sacando cuentas y sin nada asegurado.
