El póker de triunfos correlativos que San Lorenzo consiguió entre el campeonato y la Copa Libertadores (dos en cada certamen) hizo que el ánimo de los cuervos cambiara, radicalmente, en tan solo doce días. De estar casi liquidado en las dos competiciones, el Ciclón resucitó de golpe con aquel gol del pibe Cristian Barrios sobre el filo del partido ante la Universidad Católica y con la corajeada del Pichi Mercier en el Bosque platense, ya que de ahí en más se puso, nuevamente, en carrera en ambas competiciones.
Con varios jugadores desgastados físicamente por la seguidilla de encuentros y con los dos frentes abiertos, falta saber si el uruguayo Diego Aguirre priorizará a uno sobre el otro o si se la juega y apuesta fuerte en ambos. En ese aspecto, el interrogante que se abre ahora pasa por saber que decisión tomará el DT charrúa en cuanto a la formación del equipo azulgrana para afrontar el clásico barrial ante Huracán, teniendo en cuenta que el miércoles siguiente San Lorenzo jugará el remanente de fichas que le queda en su poder para intentar pasar a los octavos de final de la Libertadores, luego de fracasar en las dos ediciones anteriores.
Por lo pronto, con el partido ante el Globo en el radar, el entrenador admitió que “no podemos pensar en otra cosa que no sea en Huracán porque ese partido significa mucho”, dando a entender que luego será tiempo de poner la mente en el encuentro clasificatorio contra Flamengo.
“Estamos atravesando un momento positivo pero no puedo pensar en nada que venga después de ese partido”, sentenció Aguirre pero sin desvelar su idea a cerca de los jugadores que pondrá en la cancha para afrontar tamaño compromiso. A solo seis puntos del líder Boca y con la consigna de ganarles a los cariocas para seguir con vida en la Copa, San Lorenzo se ilusiona con lo que viene.
