San Lorenzo perdió anoche con River Plate por 3 a 2 y se despidió de Mar del Plata sin poder ganar, ya que además sumó con un empate (Independiente 1 a 1) y la caída ante Huracán (3-1). Queda claro que hasta el momento Pablo Guede nunca pudo poner en la cancha un equipo ideal, ya sea por lesiones, precauciones físicas o por la llegada reciente de los refuerzos. Por lo que habrá que seguir confiando y teniendo paciencia.
Pero en esos tres partidos también quedó plasmado que a los jugadores les falta entender aún los conceptos que el DT trata de inculcarle al equipo. Por lo tanto, los días venideros serán claves para que entre todos puedan pulir el funcionamiento colectivo que le dé a San Lorenzo la fisonomía y el estilo pretendido por el nuevo entrenador.
Por el tipo de juego que plantea Guede, por ejemplo, el equipo tiene que ser más contundente en las primeras llegadas y no como ayer que durante el primer tiempo desperdició varias situaciones (vía Villalba, Romagnoli, Cauteruccio y Mas) porque de esa manera los que la pasan mal son los defensores como también quedó demostrado. Lo mismo si se pierde reiteradamente la pelota en la zona media.
Son todos detalles a trabajar y mejorar. Incluso, el técnico aún no pudo contar con ninguno de los refuerzos que llegaron: Nicolás Navarro, Pedro Franco, Paulo Díaz, Fernando Belluschi y Ezequiel Cerutti. En tanto que sufrieron lesiones: Matías Caruzzo, Néstor Ortigoza, Nicolás Blandi y Mauro Matos. Y apenas jugaron Franco Mussis, Sebastián Blanco y Pablo Barrientos.
En definitiva quedó muy poco para destacar de los tres amistosos. Apenas la aparición fugaz de la defensa juvenil en el primer partido (Mieres, Tapia, Senesi y Montoya) y nada más. De hecho que para mejorar adentro de la cancha de aquí al debut oficial ante Patronato de Paraná el común denominador en San lorenzo deberá ser el trabajo.
