martes, octubre 13, 2015

La Vuelta a Boedo necesita ya la presentación pública del proyecto definitivo


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Se dice comúnmente que del dicho al hecho hay mucho trecho. Y eso es lo que está pasando en San Lorenzo con la Vuelta a Boedo, entre la dialéctica dirigencial por un lado y la inacción de la misma para llevarla a cabo. Mientras los malintencionados que nunca faltan hacen de las suyas, como la nota publicada hoy en el diario Clarín, tratando de impedir el regreso del CASLA con el estadio Papa Francisco incluido a las tierras que le pertenecen por derecho propio, ya que fue conminado a irse de avenida La Plata al 1700 por el último gobierno cívico-militar y obligado a tener que venderlas a un precio vil, los mayores responsables en agilizar y dar a conocer públicamente el proyecto definitivo, no lo hacen.

Es más, se van a cumplir los tres años de la sanción de la Ley de Restitución Histórica para San Lorenzo, aprobada por unanimidad en la Legislatura porteña, y aún no se sabe cual es en verdad ese proyecto que se tiene, si es que se tiene uno al menos en una maqueta, para construir el estadio y las demás instalaciones que ocuparán el predio que le perteneció al club durante seis décadas. Por ahora, solamente, está en obra el polideportivo de Mármol y Salcedo, donde desde enero supuestamente jugará el equipo de basquetbol, sin saber si se adaptará a la futura construcción del tercer Gasómetro.

Por otro lado, tampoco se enfrenta con hechos la campaña que desde algunos grandes medios de comunicación escritos y televisivos se está llevando a cabo para meterles miedo a los vecinos y anunciando una falsa rebaja en el valor de las propiedades aledañas a Tierra Santa, haciéndoles creer que para el barrio es mejor un supermercado que un club.

Evidentemente, Clarín no se ocupa del impacto ambiental que causan las enormes torres que se levantan en Puerto Madero, Villa Devoto o en cualquier barriada de la ciudad de Buenos Aires. O como en Caballito, por ejemplo, donde conviven con el club Ferro sin que se agite una merma en el valor de las nuevas y antiguas propiedades por su proximidad al estadio de la avenida Avellaneda (en el centro geográfico de la ciudad).

Lo que tampoco sucede en el Barrio River con las amplias casas que lo forman por tener que soportar los partidos o demás eventos que se hacen en el Monumental. Y en verdad no se los ve a sus dueños desesperados por ponerlas a la venta a un menor precio del valor de mercado debido a tales circunstancias. Por lo tanto, para frenar las campañas antivuelta hace falta que San Lorenzo como institución, sin más dilaciones, pase de las palabras a los hechos. Porque sin estadio no hay Vuelta a Boedo posible.