domingo, abril 26, 2015

Bauza, entre el amor y el odio de los hinchas

La obtención de Huracán de la Superfinal, despertó la ira de un amplio sector de hinchas. No por ese mero hecho, sino más bien por haberle ganado a River, la bestia negra de Edgardo Bauza. Por eso, por estas horas, el sentimiento de los hinchas de San Lorenzo se reparte entre el amor y el odio al entrenador, teniendo en cuenta que para muchos entre una sensación y la otra no hay más que un paso. Ese paso no es otras cosa que el balance entre lo bueno y lo malo que el equipo vivió bajo la conducción del Patón desde que desembarcó en Boedo hace dieciseis meses.

Durante ese tiempo, San Lorenzo conquistó el trofeo más ansiado por todos sus hinchas, esa obsesión que a los cuervos no les dejaba dormir en paz: la Copa Libertadores de América. Lo que habilitó al CASLA a completar la trilogía de copas junto a la Mercosur y la Sudamericana que con la hermana mayor pasaron a tener un brillo más intenso.  Pero, a su vez, tuvo varios sinsabores que tamizaron la campaña durante gran parte del año pasado y lo que se lleva vivido del actual.

El 13 de agosto de 2014 quedará grabado a fuego en la memoria de los sanlorencistas, esa noche cuando el Pipi Romagnoli levantó la Copa Libertadores, en representación de los cuatro millones de hinchas, fue tocar el cielo con las manos, alcanzar la gloria que tantas veces les había sido esquiva y de cuya conquista Bauza se llevó su lógico merecimiento y un reconocimiento de por vida, que lo blindó de las quejas del sector más sentimental del sanlorencismo.

Pero también están los otros no menos cuervos, los que sin dejar de agradecerle al DT su cuotaparte en la obtención del título de Campeón de América, desde una posición más crítica recuerdan que con él San Lorenzo perdió la Superfinal 2014 (con River), que dejó una pálida imagen en el Mundial de Clubes (más que nada por como le costó ganarle al Auckland City), que en el Torneo de Transición quedó octavo (a quince puntos del campeón), que quedó eliminado de la Copa Argentina (a manos de Defensa y Justicia) y que este año dejó pasar la Recopa Sudamericana (otra vez ante River).

Sin ser malagradecidos, tomando parte entre ambos sentires, el reconocimiento a Bauza y a los jugadores debe existir y permanecer en el recuerdo colectivo del pueblo santo por los siglos de los siglos. Está claro. Pero eso no significa que no haya que exigirles concinuar ganando títulos porque de otra manera sería ser infieles con ese sentimiento azulgrana que todo cuervo lleva adentro. El DT debería replanterse sus maneras, porque de otra forma corre el enorme riesgo de quedar tapado por los escombros de la colosal obra de la cual fue su arquitecto.