Hoy se cumplen 70 años que aquel 22 de abril de 1945, fecha en la que el gran René Pontoni debutaba en la Primera División de San Lorenzo, el futbolista por el cual Jorge Betgoglio, desde hace un tiempo el papa Francisco, se hizo hincha del Ciclón en su infancia cuando iba al Gasómetro de Avenida La Plata de la mano de su padre.
Esa tarde, Pontoni, quien llegó club proveniente de Newell's, se puso por primera vez oficialmente la camiseta azulgrana enfrentando a Gimnasia La Plata en la cancha del Bosque. El partido terminó con victoria azulgrana por 4 a 2 con un triplete de la Chancha, tal su apodo.
"De niños íbamos al estadio, me acuerdo en particular durante el campeonato de 1946. Iba con mis padres y siempre me impresionó el juego de Pontoni", expresó reiteradas veces el papa Francisco recordando su amor por San Lorenzo.
Pontoni, considerado uno de los mejores delanteros del fútbol argentino de la historia, integró el mítico equipo azulgrana que se consagró campeón en 1946, convirtiendo 90 goles en 30 partidos, integrando la alineación que todo cuervo tiene la obligación de recordar de memoria: Blazina; Vanzini y Basso ; Zubieta, Grecco y Colombo; Imbelloni, Farro, Pontoni, Martino y Silva o De la Mata.
Como parte del terceto de oro conformado por Armando Farro, René Pontoni y Rinaldo Martino San Lorenzo deslumbró al fútbol europeo en la siempre bien recordada gira por España y Portugal, entre fines de 1947 y principios de 1947, donde dejaron un recuerdo imborrable por la calidad de su juego.
Con la casaca de la selección argentina disputó tres campeonatos sudamericanos en 1945, 1946 y 1947, siendo en las tres oportunidades campeón. Pero su exitosa carrera futbolística sufrió un golpe inesperado cuando en un choque con Rodolfo De Zorzi, de Boca, en 1948, se le produjo la fractura de la rótula, los meniscos y los ligamentos de la pierna derecha.
En 1949, recuperado de su lesión, volvió a jugar hasta 1952 para Independiente Santa Fe, de Colombia, y posteriormente, en 1952 y 1953, tuvo un breve paso por Portuguesa de Brasil, pero ya no era el máximo crack de otros tiempos. En tanto, en 1954, Pontoni regresó a San Lorenzo de Almagro para ponerle fin a su destacada carrera como uno de los más brillantes futbolistas de nuestro país.
