El 30 de noviembre de 2000, la Asamblea de San Lorenzo convocada por Fernando Miele iba a aprobar el gerenciamiento de los ingresos del CASLA o lo que era lo mismo privatizar el manejo de los fondos del club por veinte años en favor de la empresa ISL que por entonces, ya que meses después la justicia suiza decretó su quiebra, mantenía lazos económicos con la FIFA. Por entonces la idea de la AFA, y principalmente de Julio Grondona, era entrar en la onda privatista que se vivía a nivel nacional y eligió a San Lorenzo para mostrar las bondades de las privatizaciones.
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| Mirá que distintos somos |
Pero esa tarde, los cuervos se autoconvocaron en el portón principal del Nuevo Gasómetro, sobre la avenida Perito Moreno para manifestar su disconformidad con el proyecto al grito de "San Lorenzo no se vende". Mientras la Asamblea se desarrollaba en la nave del estadio, debajo de la Platea Norte, afuera la policía reprimía a los hinchas que genuinamente hacían oír su rechazo, con gases lacrimógenos y balas de goma causándoles heridas a varios de los manifestates. Los enfrentamientos con las "fuerzas del orden" duraron varios minutos y aunque el proyecto fue aprobado por 41 votos a 6, luego quedó anulado en la Justicia gracias a la reacción adversa mostrada por los sanlorencistas que aquella tarde noche se arriesgaron hasta el límite.
Por ese sentimiento de negación a la privatización y por la resistencia a la represión sufrida, fue que el 30 de noviembre se inmortalizó como el Día del Hincha de San Lorenzo de Almagro. Haber estado ese día del lado de los buenos y de haber sido siempre opositor a la privatización desde mi puesto de trabajo, es un orgullo tal vez solo comparable al de ser Socio Refundador. Entonces, feliz día a todos los hinchas que con sus cuerpos se bancaron la represión poniendo como bandera la defensa de la figura de Sociedad Civil sin Fines de Lucro por sobre la maldita Sociedad Anómima que nos quisieron imponer desde el poder.
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| Mural que expresa la resistencia a la privatización del CASLA. |
