domingo, diciembre 29, 2013

San Lorenzo terminó el año festejando en Liniers

Desde 1995 el determinismo histórico marca que San Lorenzo se convierte en campeón cada seis años. Con la coronación del equipo del Bambino Veira como punto de partida el Ciclón viene repitiendo esa media con las conquistas del Clausura 2001 y del Clausura 2007 y como el año que se está yendo no podía ser la excepción, sobre el filo de su finalización el Ciclón volvió a protagonizar un nuevo festejo.

Si bien los cuervos debieron esperar hasta el último partido que disputaron para darle rienda suelta a toda la alegría contenida que llevaban adentro, extendiendo así un poco más la expectativa, el CASLA cerró el 2013 al grito de “dale campeón”, cumpliendo así con la expectativa creada a su alrededor.

El primer semestre le sirvió a los jugadores y a Juan Antonio Pizzi para afianzarse en el promedio. Sin grandes metas por delante (finalizó cuarto en el torneo Final) la misión era la de sumar puntos para dejar lo más enterrado posible en el pasado el recuerdo de haber luchado por evitar el descenso y que no volviera a hacerse realidad.

Una vez cumplido ese paso, el siguiente fue reforzar el plantel para mirar la segunda mitad del año con mayores ambiciones. De esa manera, la dirigencia armó un plantel para afrontar la triple competencia que se avecinaba, dándole al DT los fundamentos necesarios para dar pelea en todos los frentes.

Sin embargo, previo a la gala de consagración de la última fecha en Liniers contra Vélez, en la que San Lorenzo se anotó el duodécimo título de Primera división en la era profesional, se le escapó de las manos la Copa Argentina.

Tal vez, por cometer el pecado de sentirse campeón antes de tiempo, el Ciclón desperdició la posibilidad de ganar por primera vez ese torneo al ser sorprendido por Arsenal en la final disputada en Catamarca con un 0-3 inapelable, causando la decepción de los 25 mil cuervos que le dieron un marco impresionante a la final.

Con semejante frustración parecía difícil que San Lorenzo pudiera levantarse rápido de la caída, más teniendo en cuenta que antes ya había recibido otro duro golpe al quedar eliminado de la Copa Sudamericana a manos de River.

Pero de ahí en más los jugadores se juramentaron dejar todo en cada partido para ir en busca del último objetivo que les quedaba en pie: el torneo Inicial. Acaso el más difícil, ya que por entonces San Lorenzo estaba lejos de la punta.

Pero el equipo del Papa Francisco experimentó una reacción futbolística y anímica con algunos altibajos, es cierto, pero que lo llevó a totalizar 33 puntos y gracias también a la irregularidad de los otros equipos le alcanzaron para levantar el trofeo y de paso clasificar a la Copa Libertadores de 2014. Pero por sobre todas las cosas para evitar el fracaso futbolístico de terminar el año sin alcanzar ninguna de las metas planteadas.