lunes, diciembre 16, 2013

Hubo fiesta de Liners hasta San Juan y Boedo

La fiesta sanlorencista, por la obtención del torneo Inicial, comenzó luego del 0 a 0 en el estadio José Amalfitani por parte de los jugadores (aunque un grupo de policías ineptos intentó enturbiarla con la agresión a los futbolistas que estaban afuera de la cancha) con la coronación oficial al recibir el trofeo y las medallas y terminó, después de varias horas de celebraciones casi entrada la madrugada, en la emblemática esquina de San Juan y Boedo, punto emblemático de encuentro de los hinchas de San Lorenzo.
 
El pueblo azulgrana vivió un domingo distinto y particular, cargado de nervios y ansiedad, ante la posibilidad de sumar su decimosegundo título de Primera división en la era profesional, algo que logró después del empate en Rosario entre Newell's y Lanús.

En la cancha de Vélez lo celebraron periodistas partidarios (que inclusive mostraron una bandera cuando salió el equipo a la cancha), los dirigentes (con Matías Lammens como uno más en la cabecera popular) y los jugadores, como Pablo Alvarado, Martín Cauteruccio, Leandro Navarro, Matías Catalán y Fabricio Fontanini, por citar algunos.

En Liniers hubo un forcejeo entre esos futbolistas y la policía porque los agentes de seguridad no les permitieron ingresar al campo de juego para recibir su medalla por el título. Pero más allá de la rivalidad que se generó en los últimos años entre los simpatizantes de Vélez y San Lorenzo, el público local (había más hinchas que socios por la entrega indiscriminada de protocolos) se portó de manera ejemplar y no generó ningún incidente.

En Boedo, que se empezó a poblar de fanáticos "cuervos" desde las 21, la fiesta fue aún mayor, al trasladarse a la tradicional y emblemática esquina del barrio. Allí todos celebraron durante varias horas un nuevo título local, logrado bajo la conducción dirigencial del binomio Matías Lammens- Marcelo Tinelli y futbolística del entrenador Juan Antonio Pizzi festejando en comunión con los hinchas desde el micro descapotable que sirvió para trasladar a los jugadores.

Y en la intimidad luego hubo una cena entre jugadores, cuerpo técnico y directivos para continuar los merecidos agadajos a los campeones..