En la actualidad existe una polémica en el fútbol argentino que tiene que ver con la posesión de la pelota. Es decir si es conveniente que un equipo trate de manejar la pelota durante la mayor parte del tiempo en un partido para imponer su juego o si es preferible que el rival la tenga para que haga el desgaste y sorprenderlo de contragolpe. Seguramente que los defensores de cada una de esas posturas tendrán sus argumentos para hacer valedero su pensamiento pero, al margen de las consideraciones que se puedan hacer al respecto, San Lorenzo hace de la tenencia del balón su estilo de juego para atacar y defenderse, y ha tratado de imponerlo en cada uno de los partidos que lleva jugados desde que Juan Antonio Pizzi se hizo cargo del Ciclón. Y a decir verdad tan mal no le está yendo.
En lo que va del campeonato San Lorenzo tiene un promedio de 58% de posesión de la pelota, lo que le vale para ser con quince goles el ataque con mayor cantidad de tantos notados y con siete recibidos estar entre los que tienen la valla menos vencida, con la aclaración que por el torneo Inicial acumula 463 minutos con el arco imbatible. El último recibido fue en la derrota ante Quilmes, dado que en los cinco partidos siguientes a Sebastián Torrico no le marcaron más goles y de esos encuentros los azulgrana ganaron cuatro y empataron el restante en cero.
De las nueve fechas disputadas el equipo de Pizzi tuvo mayor posesión de la pelota en seis (entre ellos Argentinos y Quilmes partidos que perdió), la compartió en partes iguales en dos (ante Racing y River) y solamente la cedió en uno, contra Rosario Central que de todas maneras lo ganó. Con este estilo de juego San Lorenzo lleva diecinueve puntos sumados sobre veintisiete posibles y está a uno de Newell's. Lo que significa que para el Ciclón tener la pelota no es un problema, sino una solución.
