"Estamos buscando una forma de jugar que nos permita superar al rival", admitió Juan Antonio Pizzi en plena conferencia de este mediodía cuando San Lorenzo ya jugó cuatro partidos por el torneo Inicial, uno por la Copa Argentina y otro por la Copa Sudamericana, con tres victorias y tres derrotas como saldo de esta primera parte de la temporada, sin que haya formado el mismo equipo dos veces consecutivamente.
Si bien el DT de un equipo tiene derecho a trabajar y a probar hasta que se sienta satisfecho con los once jugadores que elija para armar su equipo ideal, cabe pregustarse sobre las palabras de Pizzi si no es lógico que su equipo ideal aún no haya aparecido a esta altura, teniendo en cuenta la gran cantidad de cambios que lleva realizados de un partido a otro en nombre de la tan mentada rotación.
¿No era que esta vez la dirigencia le había entregado al entrenador a los jugadores de refuerzo con el tiempo necesario para que trabajara junto a ellos durante la pretemporada, para que cuando arrancara la competición San Lorenzo ya tuviera el equipo armado y no como en años anteriores en los que las incorporaciones se hacían con el campeonato empezado?
Entonces, ¿valió la pena la agilidad de Lammnes y Tinelli para cerrar con los nuevos jugadores antes que el resto de los equipos? Parecería que no, porque de otra manera el DT no reconocería que aún está buscando una forma de jugar que le permita a San Lorenzo superar al rival. Y si todavía no halló la manera de que su equipo juegue mejor que sus adversarios, ¿por qué no vuelve a las fuentes y arma el equipo como terminó jugando el campeonato pasado, en el que estuvo diez partidos sin perder?
Interrogantes que siguen flotando en el ambiente, aunque Pizzi aceptó estar "con la preocupación lógica por las caídas, pero soy responsable y eso me da tranquilidad y confianza. Nunca dije que estoy metido en el hincha, sí que me sentía respetado por la gente del fútbol. Cuando ganás el termómetro es favorable y cuando perdés, no. Pero me pasa a mí y a todos", dijo Pizzi sabiendo que para salir de la racha adversa el próximo domingo su equipo necesita ganar para evitar que los fantasmas del pasado vuelvan a sobrevolar por el Nuevo Gasómetro.
Tal vez, con el regreso a la senda de las victorias las dudas se disipen por Boedo y Juan Antonio Pizzi termine de ganarse la confianza de los hinchas que, hoy por hoy, lo tienen cuestionado. Y en el horizonte azulgrana los dos partidos ante River, por el campeonato y la Sudamericana, parecen ser dos pruebas de fuego para él y sus jugadores.
