domingo, agosto 18, 2013

Caruso le ganó la pulseada a Pizzi

Por JORGE MUSCIO

Todo venía bien en San Lorenzo hasta que en su camino se cruzó Caruso Lombardi con su aura de ángel y demonio.  El del sábado no era un partido más para ninguno de los dos equipos y, seguramente, para ninguno de sus directores técnicos. Así como tampoco para Pabo Migliore, que regresaba al Nuevo Gasómetro después de su forzada salida del club. Durante toda la semana se preveía que en el estadio se iba a vivir un clima enrarecido, porque los propios protagonistas se encargaron de que fuera así.

Y el principal causante, justamente, fue el controvertido DT de Argentinos Juniors. Con su particular forma de ser Caruso Lombardi fue llevando con sus declaraciones el partido hacia el terreno que a él más le gusta. El del roce, el de la pelea y si bien Juan Antonio Pizzi no entró en ese juego, sí lo hizo Mauro Cetto con sus declaraciones y la posterior respuesta del entrenador del Bicho.

En la previa, lejos de amedrentarse, en la parte anímica pareció que el mediático entrenador estaba un escalón arriba de su colega, que aunque decidió ignorarlo públicamente al no contestar sus acusaciones en la intimidad se moría de ganas de ganarle.

Pero no solamente en ese aspecto Caruso Lombardi estuvo por encima de Pizzi sino que en lo táctico también.  Porque así como ocupó el centro de la escena en los días anteriores al partido con sus constantes declaraciones, se compartirá o no la forma en que lo hizo, adentro de la cancha su equipo fue ampliamente superior a San Lorenzo.

Argentinos le planteó al Ciclón el partido que más le cuesta. Supo atacarlo por las bandas, lo abrió en defensa y lo complicó permanentemente con los centros cruzados, tanto con la pelota en movimiento como en jugadas pre elaboradas.

 Se sabe que San Lorenzo marca en zona en tiros libres o corners, y ahí trabajó Caruso para sacarle provecho en el primer gol con un doble cabezazo mientras los once jugadores locales miraban.  Después, lo hizo usando el ancho de la cancha para anotar el segundo, desborde por la izquierda centro, cabezazo y adentro. Y el tercero fue producto de la desorganización defensiva azulgrana que ya se había apoderado del conjunto de Pizzi mediante una contra veloz y letal.

Caruso Lombardi tiene cosas de demonio porque entiende como hacer el “trabajo sucio” y de ángel también porque es un director técnico que está atento a todo y que busca sacar ventaja de los detalles del juego que a otro entrenador se le pasan de largo. Y el sábado en el Nuevo Gasómetro lo demostró una vez más ganándole la pulsea a Pizzi, justo a Pizzi, uno de sus enemigos íntimos.