Luego de las decepcionantes contrataciones de Diego Aguirre, Jorge Almirón y Juan Antonio pizzi, apenas suavizadas con la primera parte del interinato de Claudio Biaggio, ahora todo hace indicar que en San Lorenzo llegó el tiempo de Néstor Raúl Gorosito. Uno de los máximos ídolos vivientes de los sanlorencistas.
Pipo, dispuesto a romper su contrato con Tigre, será el quinto técnico del Ciclón desde mitad de 2016. A quien le tocará la difícil misión de reinventar a un plantel quebrado anímicamente, desorientado desde el punto de vista futbolístico y con un dudoso estado físico.
No en vano el equipo acarrea seis partidos perdidos (tres en línea) de los últimos siete que disputó, incluyendo el triunfo ante Banfield. Ni tampoco que de la cima de las posiciones haya rodado velozmente a por debajo de la mitad de tabla. Incluso, quedando fuera de la zona de clasificación a las copas de 2021.
Claro que para entonces, si a corto y mediano plazo el panorama no mejora ostensiblemente en términos estadísticos, léase empezar a ganar para sumar la mayor cantidad de puntos posibles, la preocupación en Boedo pasará por otro lado como, por ejemplo, el promedio del descenso.
