lunes, julio 15, 2019

Un verdadero duelo de Ciclones por la Copa

La instancia de octavos de final de la Copa Libertadores tendrá un duelo destacado, casualmente, entre clubes azulgranas. San Lorenzo vs. Cerro Porteño. O lo que es lo mismo, el Ciclón de Boedo contra el Ciclón del Barrio Obrero. Los dos equipos no solo comparten los mismos colores y las ansias de ganar, sino que también están atravesando procesos de renovación similares que dejan abiertas las posibilidades de seguir adelante casi por igual.

Por un lado, tienen entrenadores diferentes a los de la fase de grupos y realizaron una gran cantidad de incorporaciones. En San Lorenzo, se fue Jorge Almirón y llegó Juan Antonio Pizzi. Mientras que en Cerro Porteño, Miguel Angel Russo reemplazó al español Fernando Jubero.

Los Ciclones llevan concretados siete refuerzos cada uno, aunque en la lista de buena fe original podrán inscribir tan solo a cinco. Pero San Lorenzo todavía puede dar el campanazo en el mercado de pases sudamericano, si en las próximas horas confirma dos incorporaciones más que sí potenciarían su juego de verdad.

Los apuntados son los mellizos Oscar y Angel Romero. Con pasado, justamente, desde las divisiones juveniles en Cerro Porteño. Club al que, si se confirman sus arribos (ver aparte), deberán enfrentar en la próxima ronda eliminatoria de la Libertadores.

Cerro Porteño ya empezó, el fin de semana pasado, la actividad oficial al ganarle a Deportivo Santaní por 2 a 0, en la primera fecha del torneo Clausura 2019, de Paraguay. Entre los integrantes de su plantel están los argentinos Juan Pablo Carrizo, Luis Fariña, Federico Carrizo, Diego Churín y Joaquín Larrivey. Junto al venezolano Fernando Amorebieta, ex Independiente.

En cambio, San Lorenzo llegará sin rodaje puesto que el primer partido por los porotos, precisamente, lo disputará el próximo miércoles 24, en el Nuevo Gasómetro, ante el equipo guaraní. Cuando Juan Pizzi abra su segundo ciclo como director técnico del equipo de Boedo.

Así las cosas, cada Ciclón se prepara para afrontar un duelo que será a todo o nada.