domingo, marzo 10, 2019

Un momento de responsabilidades compartidas

Que San Lorenzo esté último en la Superliga, que haga quince partidos que no gana (doce con Jorge Almirón) y que haya sido goleado por Boca, no es casualidad. Sino, más bien, una consecuencia del deterioro futbolístico que el Ciclón viene sufriendo año tras año, con mercados de pases que debilitaron el plantel hasta llegar al de hoy. Y que, esta vez, da la impresión de estar marcando el fin de un nuevo ciclo.

El equipo azulgrana no gana desde el 22 de octubre de 2018, al derrotar a San Martín de San Juan por 2 a 1, bajo la conducción del Pampa Biaggio y con gol del colombiano Daniel Hernández, hoy en Huracán.
En realidad, San Lorenzo está a noventa minutos de igualar la peor seguidilla de partidos sin triunfos de la historia del club. La misma se remonta al Metropolitano de 1976 (con siete empates y nueve derrotas).

Dentro de ese panorama, de los diez refuerzos contratados por la dirigencia a instancias o con la aceptación de Jorge Almirón, el que solamente demostró estar a la altura de los acontecimientos es el volante Raúl Loaiza. Todos los demás siguen en deuda, ya que no aportaron soluciones.

En cuanto a la mala fortuna, Aldosivi le empató a San Lorenzo en el minuto 91, Estudiantes en el 86, Defensa y Justicia se lo ganó en el 92 y Newell’s lo emparejó en el 91. Es decir que de casi sumar diez puntos (tres victorias y una igualdad) sumó tan solo tres. Sin embargo, el factor suerte no hace olvidar que esos goles fueron posibles gracias a falencias o errores tácticos propios.

Por el lado de Jorge Almirón, la primera responsabilidad que le cabe es por no acertar en las contrataciones para armar el plantel a su gusto. Y de ahí en más no imprimirle al equipo su impronta futbolística ni potenciar jugadores, tomar decisiones equivocadas (en el armado del equipo y en los cambios) y despreciar a los juveniles del club, priorizando a los futbolistas por él recomendados.

Mientras que a la dirigencia le toca la culpa de haber incorporado mal, vender peor y mantener a directores técnicos en su puesto (Aguirre, Biaggio y ahora Almirón) sabiendo que sus ciclos no daban para más.
 
La suerte del entrenador parece estar atada a lo que suceda el miércoles a la noche por la Copa Libertadores, cuando San Lorenzo reciba a Junior de Barranquilla. Aunque por como está jugando su equipo, más parece una cuestión de azar que de fútbol. Así que, habrá que ver de que lado cae la moneda.