El equipo azulgrana no gana desde el 22 de octubre de 2018, al derrotar a San Martín de San Juan por 2 a 1, bajo la conducción del Pampa Biaggio y con gol del colombiano Daniel Hernández, hoy en Huracán.
En realidad, San Lorenzo está a noventa minutos de igualar la peor seguidilla de partidos sin triunfos de la historia del club. La misma se remonta al Metropolitano de 1976 (con siete empates y nueve derrotas).
Dentro de ese panorama, de los diez refuerzos contratados por la dirigencia a instancias o con la aceptación de Jorge Almirón, el que solamente demostró estar a la altura de los acontecimientos es el volante Raúl Loaiza. Todos los demás siguen en deuda, ya que no aportaron soluciones.
En cuanto a la mala fortuna, Aldosivi le empató a San Lorenzo en el minuto 91, Estudiantes en el 86, Defensa y Justicia se lo ganó en el 92 y Newell’s lo emparejó en el 91. Es decir que de casi sumar diez puntos (tres victorias y una igualdad) sumó tan solo tres. Sin embargo, el factor suerte no hace olvidar que esos goles fueron posibles gracias a falencias o errores tácticos propios.
Por el lado de Jorge Almirón, la primera responsabilidad que le cabe es por no acertar en las contrataciones para armar el plantel a su gusto. Y de ahí en más no imprimirle al equipo su impronta futbolística ni potenciar jugadores, tomar decisiones equivocadas (en el armado del equipo y en los cambios) y despreciar a los juveniles del club, priorizando a los futbolistas por él recomendados.
Mientras que a la dirigencia le toca la culpa de haber incorporado mal, vender peor y mantener a directores técnicos en su puesto (Aguirre, Biaggio y ahora Almirón) sabiendo que sus ciclos no daban para más.
La suerte del entrenador parece estar atada a lo que suceda el miércoles a la noche por la Copa Libertadores, cuando San Lorenzo reciba a Junior de Barranquilla. Aunque por como está jugando su equipo, más parece una cuestión de azar que de fútbol. Así que, habrá que ver de que lado cae la moneda.