Farro integró el denominado "Terceto de Oro" junto a Pontoni y Martino, otras dos leyendas azulgranas que volcaron en el campo de juego del Gasómetro, su mejor juego. Regalando habilidad y goles. El Chueco, nacido en 1922, de pequeño vivió en el populoso barrio de La Boca, y comenzó a jugar en las divisiones inferiores del equipo de La Ribera, entre 1935 y 1937.
Luego, como a muchos jóvenes, la entidad le dio el pase y se fue a River, donde estuvo quinta y cuarta división. En 1940, por indicación de un cazador de talentos, llegó a Banfield, donde ese año debutó en Primera División. En 1944 descendió a la Primera B con el Taladro pero, dadas sus condiciones, el entrenador Guillermo Stábile lo convocó para jugar con el seleccionado de la Argentina el Sudamericano de Chile de 1945.
En ese torneo, que ganó la Argentina, Farro compartió equipo con figuras como Vicente de la Mata, Félix Loustau, René Pontoni, Rinaldo Martino, Manuel Pelegrina, Norberto Méndez, Mario Boyé y Juan José Ferraro.
Pero Farro no jugó con Banfield en la B porque al regreso de ese torneo fue transferido a San Lorenzo, donde debutó en la primera fecha del campeonato de 1945, el 22 de abril, en un encuentro ante Gimnasia y Esgrima La Plata que terminó 4 a 1 con 3 goles de Pontoni y el restante de Francisco Antuña.
En 1946 integró el recordado equipo campeón del club. El 8 de diciembre San Lorenzo venció a Ferro (3-1) en Caballito y cerró una campaña excepcional: ganó 20 de los 30 partidos que jugó y apenas perdió 4; sumó 46 puntos, 4 más que Boca; convirtió 90 goles (un promedio de tres por partido).
De los goles de ese año, 55 fueron marcados por el "Trío de Oro": Pontoni 20, Martino 18 y Farro 17. En San Lorenzo, Farro disputó 166 partidos y marcó 52 goles, y dejó el club en 1954 para pasar a Ferro Carril Oeste, equipo donde sólo alcanzó a jugar dos partidos y no marcó goles. Una lesión en la vista lo obligó a dejar el fútbol ese mismo año.