El partido jugado en el Monumental de Victoria tuvo todos los condimentos para ser un partidazo. Incluyendo un final que encendió la polémica por los fallos de Germán Delfino dentro del área de San Lorenzo. “La sensación es que nos metieron la mano en el bolsillo. Estoy muy caliente porque siento que nos sacaron un triunfo que merecimos”, admitió el DT Diego Aguirre haciendo referencia al penal que sancionó para Tigre por mano discutida del chileno Díaz en el tercero de Tigre y como al convalidar el cuarto anotado de cabeza por Mierez, en el primer minuto de adicional, que partió en busca del balón en posición adelantada no sancionada por el juez.
Ambas instancias generaron la derrota y el reclamo de los jugadores del Ciclón que, ahora, quedó a seis puntos de Boca cuando había arrancado la fecha a tres unidades. Además, el presidente Matías Lammens, ni bien finalizó el partido, se metió en el vestuario del árbitro para pedirle explicaciones a Delfino, lo que generó un revuelo en esa zona causando un enfrentamiento verbal entre la seguridad y allegados al club de Boedo.
A su vez, Nicolás Blandi, autor del primer gol de San Lorenzo, expresó toda su bronca. “El partido no fue claro. Se están equivocando muy seguido con nosotros”, exclamó a los cuatro vientos. Más adelante, el delantero fue consultado si se trataban de errores arbitrales o de otras cuestiones extrafutbolísticas, a lo que el goleador respondió que “a esta altura todo esto ya me hace dudar”.
Más adelante, sostuvo que “el partido no lo perdimos nosotros. El penal que nos cobraron fue dudoso y en el cuarto gol, el jugador de Tigre estaba un metro adelantado”. Por último, Nico Blandi admitió que “Delfino le reconoció a Lammens que se equivocó”. Pero como siempre se dice, marche preso.
