martes, diciembre 27, 2016

Apostó a varios frentes, pero tuvo pocas alegrías

San Lorenzo terminó el año futbolístico con sensaciones encontradas. Porque así como lo comenzó consagrándose campeón de la Supercopa Argentina, lo siguió desaprovechando otras situaciones que si bien lo mantuvieron como a uno de los principales animadores de 2016, de haberlas capitalizado hubiera podido sumar más títulos.

Justamente, para dejar atrás esas desilusiones, los cuervos esperan con ansias la participación en la Copa Libertadores que se aproxima junto al cambio de almanaque. Porque volver a seducirla y conquistarla, es la gran ambición que tienen para 2017.

"Vamos a apostar fuerte por la Copa para volver a ganarla", reafirmó Matías Lammens de cara al actual mercado de pases. "Ese va a ser nuestro gran objetivo del año", añadió el presidente azulgrana con la vista puesta en el futuro por si hacía falta.

DE MAYOR A MENOR

Con Pablo Guede como DT San Lorenzo tuvo un arranque de año arrollador, cuando en el verano cordobés goleó a Boca 4 a 0 para dar una vuelta olímpica que parecía augurar una temporada soñada. Incluso, tras quedar marginado de la Copa Libertadores en la fase de grupos, terminó el semestre jugando la final del torneo de Primera con Lanús, en la cual los santos vislumbraban meter en el estadio Monumental la segunda fiesta del año.

Pero nada que ver. Una inesperada actuación en falso del equipo más una expresión de juego acabada de los granates, conformaron el cóctel explosivo para que los azulgrana sufrieran la primera frustración del año. Y chau Guede, que decidió renunciar por ese y otros motivos.

Matías Lammens y Marcelo Tinelli, de inmediato, tuvieron que salir a buscar nuevo técnico. Fue entonces que para encarar el segundo semestre San Lorenzo contrató al uruguayo Diego Aguirre con quien, tras un breve período de adaptación, las ilusiones de éxitos renacieron por Boedo. Con varios pasajes de alto contenido futbolístico, los sanlorencistas, partido a partido, fueron depositando nuevamente en su equipo la esperanza de bordarse alguna estrella más y decidieron apostarle a todo.


Primero con dificultad pero después con un caudal de juego vistoso y efectivo, el Ciclón fue superando instancias en los dos frentes coperos, además de ubicarse en los puestos de avanzada del campeonato. Todo hasta que algunos errores adentro de la cancha mezclados con desaciertos tácticos del entrenador, conspiraron contra sus anhelos de triunfos.

Así, San Lorenzo quedó eliminado en cuartos de final de la Copa Argentina y en semifinales de la Sudamericana, sus dos grandes objetivos de la segunda mitad del año, despidiéndose con anticipación de ambas competiciones a manos de Gimnasia La Plata y Chapecoense, respectivamente, sembrando más decepción entre sus simpatizantes. La que, al menos, cambió de rumbo con la levantada de los últimos partidos del certamen local (con dos triunfos y un empate) para quedar segundo a tres puntos de Boca, líder del campeonato.

Gracias a esa mejoría, precisamente, los sanlorencistas recuperaron la confianza en su equipo para encarar con optimismo lo que viene. Que no es otra cosa que la definición del torneo de AFA y la disputa de la Copa Libertadores.