El uruguayo Diego Aguirre llegó a San Lorenzo a mitad de año asumiendo un gran desafío, ya que los tres técnicos que lo precedieron le aportaron títulos al club. Juan Antonio Pizzi abrió el camino ganando el torneo Inicial 2013, Edgardo Bauza lo continuó conquistando la Copa Libertadores 2014 y Pablo Guede lo prolongó con la obtención de la Superfinal Argentina 2015. Y si bien con el charrúa el Ciclón exhibió continuos pasajes de fútbol vistoso, por ahora, no pudo inscribir su nombre en la nómina victoriosa de sus antecesores.
Bajo el mando de la Fiera Aguirre lo más cerca que estuvo el equipo azulgrana de alcanzar el deseo de salir campeón fue en la Copa Sudamericana, siendo eliminado en semifinales por el malogrado Chapecoense. El otro paso en falso lo dio en la Copa Argentina, de la que quedó marginado en cuartos de final al perder en la definición por penales con Gimnasia.
Esos sin sabores le dejaron a Aguirre una sensación ambigua como a todos los sanlorencistas, dado que si bien argumentó que “hicimos un buen semestre” porque “llegamos a jugar una semifinal y en el campeonato estamos segundos”, no se le escapa que debido a la exigencia de un club grande “se hace difícil hablar de cosas positivas cuando no se consigue el objetivo esperado”.
<CD>En cuanto a la calidad de juego demostrada por su equipo, el uruguayo admitió que “anotamos lindos goles y tuvimos una buena gestación”. Pero no se le escapa que “el año que viene vamos a tener que mejorar en defensa porque en ese aspecto sufrimos mucho”.
De todas formas, el desafío para Aguirre y sus jugadores está abierto para cuando en la primera mitad de 2017 San Lorenzo dispute la fase de grupos de la Copa Libertadores y defina el torneo de Primera. “No nos conformamos con lo que hicimos. Al contrario, esperamos poder ganar algo”, aseveró el DT. Y por Boedo esperan lo mismo.
