martes, mayo 17, 2016

El complejo de inferioridad pudo más que la lógica

El mensaje, clarito y contundente. (@pablocarrozza)
Pintada de la barrabrava apoyada por los medios partidarios de Vélez.

Que Vélez es un club de gente violenta no es ninguna novedad. Y máxime cuando San Lorenzo, club que les causa mucha envidia, está de por medio. Ni bien surgió la noticia de que el equipo de Pablo Guede iba a hacer de local en Liniers para jugar la última fecha por el torneo ante Banfield, tanto la barrabrava como los medios partidarios, que muchas veces parecen ser integrados por hinchas de esa condición, se mostraron inmediatamente en contra y con aprietes hacia sus dirigentes.

"Si vienen los cagamos a tiros", dice una de las pintadas que dejó la barra luego del partido que su equipo igualó sin goles anoche. "Acá no se juega", se leía en otra.
Esa movida violenta hizo que los organismos de seguridad desaconsejaran el uso de ese estadio para organizar dicho partido. Por ese motivo, lo más probable ahora es que San lorenzo haga de local en su estadio con los sectores que tenga habilitados que son las plateas, la cabecera oeste y el codo de la tribuna local. Por lo cual la capacidad para el domingo sería de 30.500 espectadores.

De paso, los hinchas se librarán de tener que cruzarse con los efectivos de la Comisaría 44, la que deja tristes recuerdos por la muerte del hincha cuervo Ramón Aramayo. El odio una vez más pudo por sobre la cordura. En Vélez a San Lorenzo siguen sin poder verlo como si acaso alguna vez los hayamos mandado al descenso (1940) o hayamos dado alguna vuelta olímpica (Nacional `72, Metro `74, ascenso a Primera 1982 e Inicial 2013) o les hayamos quitado hinchas...