San Lorenzo viajó a Marruecos con la misión de conquistar la Copa del Mundial de Clubes, pero no pudo ser. De todas maneras, el nombre de San Lorenzo de Almagro quedó bien en alto, mucho más alto que el resto de los equipos del mundo, salvo el Real Madrid que necesitó a todos sus galácticos para llevarse el título merecidamente por una diferencia que fue mucho menor a lo que los hinchas de los demás clubes esperaban, deseaban y auguraban.
El encuentro ante el Real iba a ser difícil y fue difícil, nomás. San Lorenzo jugó muy concentrado y bien posicionando, con la idea de darle la pelota al Madrid para sorprenderlo de contragolpe. Sabiendo que no se podían cometer errores. Torrico poco trabajo tuvo, ya que las líneas de San Lorenzo estaban bien paradas. El partido se plateo en la mitad de la cancha.
Pero dos equivocaciones propias marcaron el partido. Primero Kalinski entregando mal un pelota que derivó en un avance del equipo español terminado en corner, de cuyo centro llegó el primer gol de cabeza de Sergio Ramos al ganarle la posición al colombiano Yepes, a nueve minutos del final de la primera mitad.
En el arranque del complemento, fue Torrico el que no opuso resistencia ante un remate del gales Bale favcilitando el 2 a 0. Luego el equipo intentó reaccionar con los ingresos (tardíos y poco arriesgados) de Romagnoli por Verón y de Matods por Cauteruccio pero ya fue tarde.
La gran nota de este Mundial, vale decirlo la dieron los hinchas de San Lorenzo, que llenaron de color y cantos la atmósfera de Marruecos. Fueron 13 mil almas las que dejaron la garganta en cada partido alentando al equipo, sin reproches y con todo el agradecimiento a los jugadores que por ser los actuales Campeones de América se ganaron el derecho a ser los Subcampeones del Mundo, al perder ante un equipo de superestrellas que quedará como uno de los mejores de la historia del fútbol.
