La de San Lorenzo ante Quilmes fue lo que se dice una victoria pírrica. El Ciclón sumó los primeros tres puntos en el torneo, obteniendo el primer triunfo luego de consagrarse campeón de América pero a un alto costo. ¿Por qué? Porque Pablo Barrientos sufrió una distensión en el isquiotibial de la pierna derecha, por lo que estará tres semanas afuera de las canchas (¡con lo que el Pitu necesita jugar para agarrar rirtmo!) y porque Héctor Villalba, de buen partido ante los cerveceros más allá de volver al go, recibió un fuerte traumatismo que lo mantiene en duda para el clásico del domingo ante River.
La calentura de Edgardo Bauza con todo lo que fue la programación y reprogramación de la fecha pasada, es muy grande. Y razones no le faltan, porque además Julio Buffarini y Mauro Matos anoche terminaron contracturados y tampoco se sabe si podrán estar presentes frente a los millonarios. Por otro lado, aún no llegó a la AFA la habilitación de Leandro Romagnoli, ya que los dólares todavía no le fueron acreditados al Bahía, de Brasil, y hasta tanto eso no suceda el transfer no será enviado.
Por lo tanto, el Patón tiene que armar un lindo rompecabezas, aunque por el lado de las buenas podrá contar con Juan Mercier para que haga el doble cinco con Néstor Ortigoza, ya que la fecha de sanción por su expulsión ante Banfield la cumplió contra Quilmes. Mañana, el plantel volverá a entrenarse y después el cuerpo técnico dará a conocer la lista de contrados. Aunque por ahora San Lorenzo es una enfermería.
