miércoles, julio 30, 2014

Tocando a las puertas de la gloria

En dos años, San Lorenzo se levantó de las cenizas. Jugó la Promoción para evitar el descenso en 2012, salió campeón en 2013 y es finalista de la Libertadores en 2014.

En la altura de La Paz San Lorenzo sacó pecho y aunque perdió sobre la hora acaricia el cielo, ya que está a dos partidos de escribir la página más gloriosa de su historia. Los halagos no son desmedidos puesto que por primera vez en su historia, clasificó para disputar la final de la Copa Libertadores de América, un trofeo que le viene siendo esquivo desde que lo jugó en su primera edición allá por 1960.

A medida que fue superando etapas, el equipo del Patón Bauza pasó de estar casi eliminado a llegar a la final contra Nacional de Paraguay, muy bien plantado. Y como para recordar esa frase bíblica de “los últimos serán los primeros” serán los paraguayos y los de Boedo quienes definan la actual edición, tras clasificar en la fase de grupos como los peores segundos.

El comienzo del camino no fue nada fácil para el Ciclón, dado que en la primera instancia de competencia se aseguró la clasificación a los octavos de final en el último partido ante Botafogo con un gol señalado por Nacho Piatti, cuando se disputaban los últimos minutos de un partido emotivo e inolvidable por su definición.

De ahí en más, San Lorenzo renovó sus expectativas y convencidos de lo que podían dar los cuervos fueron en busca de Gremio, definiendo su continuidad en el certamen envuelto en el suspenso de los penales, gracias a dos atajadas de Sebastián Torrico.

Y si cargarse a dos brasileños fuese poco, se le apareció Cruzeiro; sindicado por la cátedra como el candidato a salir campeón. Pero como no hay dos sin tres, San Lorenzo lo eliminó también, tras ganar de local y empatar en el Mineirao.

Pasado el receso mundialista, fue el turno de medirse con Bolívar al que se sacó de encima con el 5 a 0 de la ida y el 0 a 1 de anoche, por diferencia de gol. Así, San Lorenzo recorrió el itinerario hasta llegar a la final, esa ansiada final que todos los sanlorencistas se ilusionan con ganar.