JORGE MUSCIO

 

San Lorenzo vivió durante el año un mix de sensaciones distintas aunque con un mejor final que principio, fundamentelmente, merced a la aprobación de la ley de Restitución Histórica que le permite al club volver a Boedo sin restricciones tal el anhelo de la mayoría de los sanlorencistas. Durante los doce meses los hinchas del Ciclón experimentaron vivencias opuestas en lo deportivo y en lo institucional con riesgo de caer en el descenso, con tres cambios de director técnico incluidos y dos de autoridades con una comisión directiva transitoria primero y después en medio de una convocatoria extraordinaria a elecciones debido a la renuncia de la dirigencia encabezada por Carlos Abdo, que había sido elegida un año y medio atrás.
Todo eso pasó con mucho vértigo, a un ritmo tan veloz que si hasta algunos acontecimientos paraciera que fueran parte de un pasado remoto y solo son parte de la historia reciente. El primer semestre fue muy convulsionado. El torneo Clausura arrancó con una goleada ante Lanús, que de movida puso en peligro la continuidad de Leonardo Madelón como DT del plantel la que se fue tornando más endeble a cada partido a causa de los malos resultados, de las peleas internas, de la presión de los hinchas y de la debilidad política para bancar la situación que en definitiva terminó desbordando a las autoridades.
La ida del ex Camboyano derivó en la llegada de Ricardo Caruso Lombardi envuelta en una operación mediática muchas veces promovida por las declaraciones del mismo entrenador. Los vaivenes posteriores ya con el Tano como técnico condujeron al equipo a jugar la promoción, luego de estar a poco más de media hora de irse al Nacional B directamente. Los dos partidos ante Instituto en esa instancia se vivieron como si fueran los más importantes en la historia del club, y todo para evadir el segundo descenso en la vida de San Lorenzo. Lo que, en realidad, no es poca cosa teniendo en cuenta lo que significa en nuestro fútbol perder la categoría.
Con la permanencia del Ciclón en Primera asegurada la olla a presión que internamente se fue calentando por la tan mala campaña del equipo y por la inacción de una directiva dividida que ya no tenía el suficiente poder para permanecer en sus cargos, no tardó en explotar. Y la explosión se llevó consigo al presidente Carlos Abdo y al resto de los directivos que todavía no habían renunciado. De esa forma, se produjo la renovación dirigencial tan ansiada por los cuervos encarnada en una comisión directiva transitoria conformada por representantes de todas las agrupaciones políticas, con el compromiso de convocar a elecciones.
De ese acto electoral surgió la actual CD que completará el período perteneciente a la anterior hasta fin del año que viene, presidida por Matías Lammens y el empresario televisivo Marcelo Tinelli. Los nuevos aires políticos le empezaron a cambiar la cara a un club devastado y que de a poco van encontrando las soluciones a los enormes problemas mediante una buena capacidad de gestión.
En lo futbolístico el segundo semestre también tuvo cambios, con un mercado de pases convulsionado que lo llevó a San Lorenzo a contratar a 17 jugadores y a tener que solucionar posteriormente una crisis a través de la contratación de Juan Antonio Pizzi en lugar de Ricardo Caruso Lombardi, que a mitad del torneo Inicial había perdido el rumbo. El arribo del ex Rosario Central fue marcando de a poco un mejora en el juego del equipo, consiguiendo una línea de juego y una identidad definidas que antes no tenía. Y la suma de triunfos lo fue sacando de la zona roja del descenso y lo posicionó de cara al próximo campeonato con otras expectativas pero sin descuidar el promedio.
Pero más allá de lo que haya pasado adentro de la cancha, el hecho más relevante de San Lorenzo durante este 2012 a punto de finalizar, fue la transformación en ley del proyecto de Restitución Histórica que le permite a la entidad más representativa de Boedo regresar a sus orígenes con estadio y todo recuperando después de 33 años las tierras que históricamente le dieron el sentido de pertenencia al barrio. en homenaje a sus socios fundadores y al padre Lorenzo Massa.
Así, los sanlorencistas pasaron un año difícil con alternativas cambiantes del que tendrán que sacar conclusiones para no repetir errores y para afianzarse en lo bueno como punto de partida para la recuperación institucional.