martes, julio 03, 2012


La obligación de no olvidar


POR JORGE MUSCIO

Se terminó, por fin, la temporada 2011/12 para San Lorenzo que fue un verdadero calvario, aunque por poco sin terminar crucificado, muerto y sepultado como muchos hubieran deseado. Se terminó, ya está; el Ciclón se quedó en Primera gracias a la maldita/bendita promoción a la cual nunca sus hinchas quisieron caer pero que en definitiva terminó siendo la salvación para el alma de los sanlorencistas.

Ya pasaron los festejos, la angustia abandonó los cuerpos de los fieles seguidores azulgranas que alentaron y sufrieron en las tribunas tanto o más de lo que jugaron sus futbolistas dentro de la cancha para zafar del destino de descenso al que parecía estar condenado el Ciclón.

Pero el acto de fe del pueblo santo pudo más que todos los malos presagios y ahí está San Lorenzo, ocupando el lugar en la máxima categoría del fútbol argentino que se merece por historia y por grandeza.

Pero para ser justos con ellos mismos los cuervos tienen la obligación de no olvidar todas las cosas que pasaron en los últimos doce meses y que arrastraron al equipo a vivir la peor situación en los últimos treinta años, para que no vuelvan a repetirse.

Los malos procederes de los directivos hasta las incorrecciones de los jugadores, que pusieron a San Lorenzo al límite del infierno, influyeron peligrosamente. Por parte de los primeros, por ejemplo, el cambio de directores técnicos en plena competición por malas elecciones (Omar Asad, Leonardo Madelón hasta llegar al salvador Ricardo Caruso Lombardi), la mala política de refuerzos, el desatino en algunas declaraciones y la desconfianza entre ellos mismos.

Pero, antes de llegar a la redención final, el plantel también incurrió en graves errores como hacer público todo lo que pasó en el vestuario puertas adentro, las peleas entre sus integrantes, la mala relación con los entrenadores o las sospechas de no poner todo en la cancha en algunos partidos.

Pese a todo eso, San Lorenzo (como le pasó siempre desde su fundación) fue rescatado a tiempo por los hinchas, quienes lograron contagiarle al equipo la actitud necesaria para afrontar las instancias decisivas y la promoción para dejar así al club de Boedo en Primera. Como debía ser…